"Quién no ha tenido sueños que nunca Olvidará. Yo tuve un par de ellos, si es que fueron tales... "
La siesta de aquel día de otoño de mil novecientos noventa y dos era tan simple como las hojas que caían de los árboles, pero nunca la olvidaré.
Ese día, yo dormía en un cuarto ajeno. Recuerdo haber sentido su presencia, su mirada penetrante cuando mis ojos y mi cuerpo estaban en absoluto reposo. Me miraba estática; con una mezcla de lujuria, deseo y desequilibrio mental. Debo haber sentido su respiración muy cerca, porque no pude más y abrí los ojos.
Ella estaba ahí. Mi corazón se desatornilló al galope del latido. Su rostro pálido, el vestido blanco y más blanco su cabello. Todo contrastaba con sus labios rojos. Esa mujer me sonreía y no me quitaba la mirada de encima. Todo fue de repente, pero el tiempo era eterno. Salté de la cama disparado por el terror que me causaba ver a alguien extraño en el dormitorio. Mi cabeza estaba llena de preguntas. Salté, salté, salté desesperadamente, pero no podía pasar por sobre su cuerpo. Ella no se corrió al ver que yo intentaba salir de la cama y entonces desperté.
Ella estaba ahí. Mi corazón se desatornilló al galope del latido. Su rostro pálido, el vestido blanco y más blanco su cabello. Todo contrastaba con sus labios rojos. Esa mujer me sonreía y no me quitaba la mirada de encima. Todo fue de repente, pero el tiempo era eterno. Salté de la cama disparado por el terror que me causaba ver a alguien extraño en el dormitorio. Mi cabeza estaba llena de preguntas. Salté, salté, salté desesperadamente, pero no podía pasar por sobre su cuerpo. Ella no se corrió al ver que yo intentaba salir de la cama y entonces desperté.
Sentí un instante de alivio, respiré fuerte y entonces di vuelta mi cara para comprobar que todo había sido un sueño, una pesadilla. Más ella seguía ahí con su sonrisa roja y tenue, toda pálida. Yo me sentía morir. Un golpe desde adentro me estremeció por completo. La realidad se había metido en mis sueños o viceversa. No podía entenderlo. Me moví para un lado y el otro de la cama hasta que por fin desperté nuevamente. Sin mirar corrí por el cuarto y atravesé la puerta hacia el pasillo. Busqué a alguien a quien contarle lo sucedido, pero yo no podía entenderlo. No se tampoco si los que me escuchaban comprendieron en aquel momento mi relato, porque estaba muy agitado y aún no sabía lo que había ocurrido en verdad.
Nunca más dormí en aquella habitación. Con el tiempo logré definir aquel episodio como “haber despertado dos veces de un mismo sueño”, aunque dejo lugar a la duda del rostro de esa mujer pálida, que pasados quince años no olvido ni su mínimo detalle. ***77arcos
6 comentarios:
Marcos... plis! no seas tan MALO!!!! ='(
[no kiero tener mas pesadillas]
no leas tan rapidos mis comentarios che! sino no tiene chiste viteh!
jajaja Es que llegan al Toke por Mail. Y estaba en MSN :) Gracias por el Mensaje... No quiero ser un Cuco personal :S buuuuu
pues he quedado en suspenso, relato que deja absorto al que se confunde entre lectura y suceso.
me gustó mucho! y si, los sueños a veces parecen fractales.
Posta?
O sea, de verdad? *
A mi me dio miedo con solo leerlo, pero es que yo soy re miedosa :P
* NO SE TE OCURRA decirme que es verdad, es para que me digas que es solo literatura...
Claro! Es sólo Literatura... El punto es: Qué Seres "dictan" lo que escribo :O, pero esa es Otra historia. ¬¬
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